Este Ideario Institucional es el resultado de un proceso de consulta, reflexión y discusión llevado a cabo por los Directorios a partir de la práctica pedagógica observada en los colegios. En este documento se proponen los valores y principios que se desean enfatizar, en función de que se conviertan en un referente para la vida de la comunidad educativa y el comportamiento de nuestra institución.
Los valores y principios originan y organizan nuestros pensamientos, creencias, acciones y reacciones. Lo que las personas valoran en su vida se constituye en un “bien” que se incorpora con naturalidad en el actuar y que establece lo que no están dispuestas a transar. En este contexto institucional, el Ideario reúne los principios que le dan sentido a la educación que impartimos.
Este ideario no se limita a identificar principios morales y filosóficos, sino que también abarca aspectos pedagógicos y disciplinarios.
La opción por nuestros colegios implica que los integrantes de esta comunidad educativa (sostenedores, directivos, apoderados, profesores, estudiantes, funcionarios y auxiliares) comparten y respetan este Ideario, orientando sus acciones y las de toda la organización a la consecución de las metas formativas establecidas en el mismo.
Los principios que se presentan a continuación están en sintonía con las demandas planteadas por la actual sociedad y con lo ofrecido históricamente a nuestros alumnos en las aulas. Nuestra propuesta educativa se fundamenta en los siguientes principios y valores:
Nos orientamos a entregar una educación científico-humanista de calidad. Enfatizamos la excelencia académica, entendida como un esfuerzo conjunto por proporcionar una enseñanza de máxima calidad en todas las áreas del conocimiento. Constantemente estamos poniendo en práctica nuevas metodologías de enseñanza al interior de cada asignatura y nivel. A su vez, nuestros alumnos destacan por asumir desafíos en el ámbito académico y tener altas expectativas de lo que son capaces de aprender y realizar. Orientamos nuestro trabajo al logro y superación de los más exigentes estándares de calidad.
Desarrollamos una pedagogía activa, en donde el alumno es protagonista y artífice de su aprendizaje. Favorecemos el desarrollo de la iniciativa, creatividad, aptitudes personales, e interés por la investigación. Brindamos los medios para que el alumno “aprenda haciendo” a través de la aplicación y experimentación de sus saberes. Él es nuestro principal foco de interés, el que guía nuestras innovaciones didácticas, pedagógicas y metodológicas. Formamos alumnos comprometidos con su propio proceso de aprendizaje, libres de elegir, responsables, conscientes de sus límites y de sus capacidades para aprender.
Nuestro objetivo prioritario es propiciar una educación integral, entendida como el desarrollo armónico de las capacidades intelectuales, físicas, psicológicas, socio-afectivas, culturales y trascendentales de cada estudiante. Nos proyectamos más allá de la actividad académica, potenciando el uso formativo del tiempo libre, la práctica del deporte, la organización de grupos y asociaciones, la participación en actividades culturales y recreativas. Encauzamos estas inquietudes a través de una variada gama de actividades extra-programáticas. Ofreciendo una diversidad de experiencias educativas, buscamos formar personas afectuosas, con una alta autoestima, inteligencia emocional y asertividad
Nuestros profesores se actualizan permanentemente para brindar una educación de calidad, y reflexionan a partir de su práctica pedagógica. Contamos con la labor de asesores internos que continuamente están incentivando a los docentes a mejorar sus prácticas pedagógicas. Ellos proponen, diseñan y evalúan el impacto que las instancias de capacitación y perfeccionamiento tienen en las áreas y sectores de aprendizaje.
Basamos el proceso de enseñanza-aprendizaje en la relación profesor-alumno. Los profesores juegan el rol de mediadores, es decir, son el puente que permite que los estudiantes logren los aprendizajes que no lograrían sin su ayuda. La relación alumno-profesor es estrecha y fundamental.
Consideramos a los padres y apoderados como los primeros educadores de sus hijos. Estimulamos su participación activa en los colegios. Se espera que los padres y apoderados adhieran a este Ideario expresando su interés por mantenerse informados respecto al progreso de sus hijos, supervisando el trabajo escolar, respetando los conductos regulares de comunicación para encausar sus inquietudes, participando en múltiples actividades de carácter formativo y apoyando las iniciativas emprendidas por el colegio. Esperamos que cuando surjan problemas o dificultades, los apoderados colaboren en la búsqueda de soluciones y se responsabilicen por el desarrollo integral de sus hijos. La experiencia nos ha demostrado que la participación comprometida de los padres y apoderados mejora el aprendizaje de los estudiantes, la disciplina, la identificación que desarrollan con el colegio, entre otros aspectos centrales.
Constantemente estamos evaluando la efectividad con que logramos los objetivos de excelencia que nos hemos propuesto en todos los ámbitos educativos y formativos. Verificamos y evaluamos constantemente la calidad de los aprendizajes logrados por nuestros alumnos y la adecuación de nuestras metodologías de enseñanza a sus necesidades y requerimientos. Nuestro objetivo es brindar educación de excelencia a niños y jóvenes, en función de que logren un buen enlace con la educación superior, u otro camino que ellos se propongan.
Nos interesa que los alumnos desarrollen el sentido de la autosuperación, la perseverancia, los hábitos de trabajo y el espíritu crítico que les permitirá afrontar nuevos desafíos. Nuestros estudiantes asumen la responsabilidad individual que tienen para producir cambios en sus propias vidas. Son personas capaces de innovar, asumir riesgos e investigar nuevas formas de resolver dificultades, en función de participar de la transformación personal y social.
Nos orientamos a potenciar la participación activa, coordinada e integrada de los distintos miembros de la comunidad educativa en la formación de nuestros alumnos. Impulsamos principalmente las iniciativas provenientes de nuestros docentes y equipo de gestión, quienes de una manera proactiva han ido generando espacios y experiencias formativas que le dan sentido a nuestro trabajo.
Nuestra comunidad se caracteriza por una búsqueda constante de la excelencia. Inculcamos los valores del esfuerzo y superación personal en todos los ámbitos de la educación. Formamos personas capaces de perseverar, enfrentar y superar dificultades, evaluar su trabajo y no quedar conformes sin antes dar lo mejor de sí. Nuestros alumnos destacan por su perseverancia, espíritu de superación, capacidad de aprender de los errores y asumir nuevos desafíos.
Nuestra comunidad se caracteriza por la capacidad para evaluar diferentes alternativas, para anticiparse y adaptarse a escenarios cambiantes y para desarrollar competencias y habilidades que nos permitan enfrentar adecuadamente nuevas demandas internas y externas.
Formamos una comunidad con fuerte espíritu de familia, en la que se experimenta el compañerismo, la amistad, confianza, alegría y la simplicidad de las relaciones.
Realizamos un proceso de admisión en donde aplicamos criterios de selección que nos permiten elegir a los estudiantes que más a gusto se sentirán en nuestro sistema. Este proceso nos permite abrir las puertas de nuestros colegios a una gran variedad y heterogeneidad de estudiantes. Una vez que son parte de nuestra comunidad educativa, usamos múltiples y variadas estrategias metodológicas y didácticas para que obtengan altos rendimientos. Los esfuerzos se orientan a mejorar nuestras prácticas, brindar apoyo adicional (reforzamiento) y buscar el máximo apoyo de la familia en función de que todos nuestros estudiantes logren aprendizajes de calidad. Creemos que todas las personas, dentro de ciertos límites, son capaces de aprender y desarrollar su inteligencia a partir del aprendizaje y la enseñanza. Confiamos en que nuestros estudiantes, con el esfuerzo y apoyo adecuado, pueden lograr aprendizajes de calidad. Asumimos este desafío como un compromiso intrínseco a toda nuestra propuesta. Si somos capaces de mediar las experiencias de aprendizaje de nuestros alumnos, podremos superar gran parte de las deficiencias cognitivas, motivacionales y de hábitos de trabajo. Sin embargo, si una vez agotadas todas las instancias el estudiante continúa obteniendo bajos rendimientos, le recomendamos otro establecimiento educacional que atienda su dificultad.
Nuestra comunidad es permeable a los desarrollos y desafíos que nos presenta la sociedad. Mantenemos una apertura hacia la comunidad externa (Mineduc, Instituciones de Educación Superior, Empresas, etc.) e interna (apoderados, docentes, alumnos y personal administrativo). Estamos abiertos a la generación de alianzas y participación en proyectos de innovación pedagógica.
Nuestra propuesta educativa se basa en el fomento de la honestidad. Formamos personas guiadas por la verdad, confiables y auténticas, capaces de asumir sus errores, sus conocimientos y limitaciones.
Al interior de nuestros colegios, valoramos las diferencias y la no discriminación, aunque nuestro sistema educacional está orientado a niños que sean capaces de alcanzar los objetivos propuestos, con un alto nivel de exigencia. Inculcamos principios de convivencia, libertad de expresión y apertura a través del diálogo. Nuestros estudiantes son capaces de desenvolverse adecuadamente en un contexto pluralista. Entregamos una educación laica, que integra una diversidad de visiones de mundo.
Fomentamos un reconocimiento de nuestra cultura por medio de la valoración de nuestro patrimonio histórico y cultural. Educamos en la integración de saberes que les permitan a nuestros estudiantes sentirse parte importante de nuestra nación, en diálogo con las formas de vida, costumbres y tradiciones de la sociedad en que nos insertamos. Propendemos a que nuestros alumnos respeten a la autoridad y a las instituciones sociales, y sean conscientes de las consecuencias que tienen sus acciones en el entorno social y natural.
Entendemos la disciplina como el conjunto de normas, reglas, acuerdos y límites que nos aseguran una sana convivencia entre los diferentes miembros de nuestra comunidad. Inculcamos en nuestros alumnos la disciplina como medio para que adquieran la capacidad de comprometerse, desarrollar y finalizar un proceso de aprendizaje u otra meta que se propongan. No nos identificamos con una disciplina que se centra exclusivamente en elementos externos, sino que nuestro mayor objetivo es lograr la internalización de normas, reglas, acuerdos y límites por parte de nuestros estudiantes. Esperamos que todos los miembros de nuestra comunidad educativa conozcan los límites establecidos en nuestro reglamento de disciplina, las normas por las cuales nos regimos, los valores que guían estas definiciones y las pautas de conductas adecuadas e inadecuadas, de acuerdo a las definiciones disciplinarias que nos caracterizan.
Aspiramos a lograr un equilibrio entre el control externo y el control interno, creando espacios para ejercer la libertad y la independencia. Evitamos tanto la permisividad (es decir, cuando no existe una autoridad clara que defina los límites y normas de convivencia) como el autoritarismo (cuando sólo imponemos reglas y exigimos obediencia). Partimos de la evidencia de que la imposición de normas con autoridad y castigo, se relaciona negativamente con la internalización de normas por parte del estudiante.
Por el contrario, fomentamos el razonamiento inductivo a través de la interacción verbal entre profesores, inspectores y estudiantes. Explicamos al estudiantado el por qué de las normas, dando cuenta de los efectos negativos del no cumplimiento de ellas. De este modo se intenta lograr que el alumno se convenza del por qué cumplirlas, más que forzarlo mediante controles externos.
Poseemos instancias de reflexión sobre nuestra disciplina, en donde participan estudiantes, apoderados y profesores. Nos basamos en el supuesto de que en la medida en que el reglamento de disciplina sea producto de un proceso participativo, los estudiantes, profesores y apoderados interiorizarán y respetarán los acuerdos como guías de su conducta. Nuestra experiencia nos ha demostrado que, para que se cumplan las normas, éstas deben ser flexibles y sometidas a evaluación permanente.
Fomentamos la responsabilidad individual de cada persona, enseñándoles a nuestros alumnos a anticipar las consecuencias que vendrán aparejadas a sus acciones. Formamos estudiantes capaces de autorregular su comportamiento no por miedo a las consecuencias, sino por decisión propia.
Al mismo tiempo, socializamos las sanciones en función de que las conozcan, de acuerdo a lo establecido en el Reglamento de Disciplina. Éstas cumplen un rol modelador y van aparejadas de una reflexión. Se orientan al cumplimiento de demandas sociales y personales.
En consecuencia, una vez que los estudiantes egresan, cumplen adecuadamente las demandas laborales, profesionales, sociales y personales. Pueden tomar decisiones, expresar lo que piensan y plantear su punto de vista, asumiendo las consecuencias que se desprenderán de sus acciones.
Requerimos del apoyo de la familia para asumir la formación disciplinaria como una tarea compartida. Asumimos que, en la medida en que el estudiante perciba una mayor coherencia entre la disciplina del hogar y del colegio, interiorizará con menor dificultad el respeto por las normas de convivencia.
Profesores, inspectores, funcionarios y directivos asumimos nuestro rol de modelos de autocontrol para los estudiantes. En la medida en que somos capaces de predicar con el ejemplo (llegando a la hora, asumiendo nuestras responsabilidades, entregando una educación de calidad, planificando nuestras clases, etc.) la coherencia potencia nuestro trabajo como formadores.